jueves, 6 de diciembre de 2012

HISTORIA DE LA ORZA (1ª PARTE)


De cómo nace La Orza y del camino que hemos recorrido hasta llegar al punto actual queremos hablaros en esta ocasión. 

Los orígenes en el bar del abuelo en Cañamares (Cuenca), la intensa etapa de trabajo que vivimos en el bar Castilla en Cortes de Pallás y la creación y asentamiento del restaurante La Orza en Chiva. No ha sido fácil ni sencillo. Ha sido un recorrido de mucho trabajo y sacrificios; siempre pendientes de buscar el mejor producto, cocinarlo cómo mejor sabemos para que el cliente se vaya siempre más que contento de nuestra casa, de su casa. 

Hemos cambiado de pueblo, hemos mejorado instalaciones técnicas culinarias e infraestructuras. Tenemos nuevos proyectos y nuevos retos, pero la misma filosofía de trabajo, honradez en la cocina y vocación de servicio del primer día.

Para no cansaros, dividiremos este relato familiar en tres partes:

- La niñez y comienzos de Ángel Espejo en el bar de sus padres en Cañamares (Cuenca)

- Los primeros pasos como camarero en Chiva y la apertura del bar Castilla junto a Mari Carmen en Cortes de Pallás

- El regreso a Chiva para poner en marcha “La Orza de Ángel”, su asentamiento y el comienzo de nuevos retos de manos de sus hijos, Ángel y Roberto.

Veamos pues en esta entrada del blog cómo fue la infancia de Ángel en su pueblo Cañamares.

CHATOS DE VINO, BOTELLINES Y CAFÉ DE PUCHERO EN EL BAR ESPEJO DE CAÑAMARES




Aún no alcanzaba la altura de la barra y ya atendía a los clientes en el bar de sus padres. Ángel se ha criado entre botellines, cuartillos de vino y zarzaparrillas.

Los comienzos hosteleros de la familia que está al frente de “La Orza” hay que buscarlos en Cañamares, un pequeño pueblo de la Sierra de Cuenca. En los años 40, los abuelos de Ángel ya regentaban un casino en el municipio que pasó a convertirse en Bar Espejo una vez que sus padres se hicieron cargo del negocio familiar.



En aquella época un bar de pueblo no disponía mucho que ofrecer. Distracción, partida, conversación, fumeteo y algún aguardiente, café de puchero o vaso de vino. (Bueno, pensándolo bien, no es poca cosa, es mucho más de que podemos encontrarnos hoy en día en muchos de los establecimientos a los que vamos. Se trataba de puntos de encuentros, de socialización y tertulia). “En estos pueblos se vive en plano, no sufrimos la riqueza ni la pobreza. Para bien o para mal el dinero corre poco”, explica Ángel Espejo al recordar su niñez en Cañamares.




Comprar una televisión para el bar y más tarde una cafetera exprés supusieron grandes revoluciones para el Bar Espejo. Otro cambio importante vino en los años 60 con la llegada de la cerveza que junto a la gaseosa traía la madre Ángel, con su madre Sagrario, en un burro desde un pueblo cercano.






Como no había neveras, Ángel se encargaba de bajar los botellines y las gaseosas a una cueva de arena por una escalera de palo para mantenerlas frescas. Luego, por supuesto, había que subirlas. De eso se encargaba este chavalín espabilado y listo que probó su primer cigarro con seis años de la mano de su abuelo… recibiendo por ello una paliza por parte del cura del pueblo.

Otros de sus trabajos diarios era ir a por los cántaros de agua a la fuente con el burro y las aguaderas para fregar los vasos y platos que se utilizaban en el bar. No había agua, pero tampoco desagües, así que luego, al finalizar la jornada, había que tirar ese agua sucia al pozo ciego del bar o sacarla al descampado más cercano. “Mis amigos jugaban, yo estaba en el bar… Siempre había algo que hacer”, explica Ángel sobre estos años.

CAÑAMARES




Aprovechamos la historia de Ángel para conocer un poco mejor su pueblo, pues tiene curiosidades que merece la pena saber.

Cañamares es según la información recabada, el único pueblo de España en el que aparecen en su escudo tres plantas de “cannabis sativa” . La representación de las plantas de cáñamo aluden a la toponimia del lugar. Es tradición la dedicación del municipio de Cañamares al cultivo y transformación del cáñamo, dedicación agrícola e industrial sustituida desde hace años por la del mimbre.


Con una ubicación privilegiada y rodeado por el puerto de Monsaete y por los amplios campos de cultivo del mimbre, dicho pueblo esconde varias sorpresas para el visitante, ya sea en forma de su arquitectura popular, ya sea en forma de parajes (donde destaca la conocida "Dehesa", perfectamente acondicionada para el recreo). Además, no muy lejos de Cañamares, siguiendo en dirección norte la carretera que conduce a Molina de Aragón, aparecen algunas de las hoces más hermosas de la provincia, como son las de Bete­ta o la de Tragavivos. 

1 comentario:

  1. Un comienzo genial y con las cosa que lleva cada epoca, en vuestra trayectoria en el mundo de la restauracion. Ver a Angel en estas fotos me parece muy gracioso. Yo disfruto de vuestra casa cada vez que puedo , me gusta vuestra manera de hacer , y vuestro trato conmigo y mi familia.Os deseo mucha suerte de aqui en adelante y que yo lo vea y lo pueda disfrutar.

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